Sunday, June 11, 2017

Los chilenos vendieron las aguas del Silala por 965 millones de dólares

El grupo colombiano Empresas Públicas de Medellín (EPM) pagó la suma de 965 millones de dólares a la chilena Aguas de Antofagasta S.A. para hacerse cargo de la comercialización de las aguas del Silala. Así lo afirmó ayer el presidente del Concejo Municipal, René Navarro, exibiendo un informe económico labrado en Colombia.

Navarro explicó que la venta de las aguas potosinas del Silala se produjo entre la empresa que durante años lucró con ese recurso natural y que es parte del Grupo Luksic y una firma colombiana que en los últimos años está expandiendo sus operaciones en los rubros de energía, gas, agua y telecomunicaciones.

La venta de las aguas del Silala se habría consolidado el año 2015. Y en abril de 2016, el presidente Evo Morales denunció ese proceso por tratarse de aguas que nacen de manantiales y que van a territorio chileno, a través de un sistema de canales que fueron construidos por los chilenos.

Para Navarro, este elemento será fundamental en el proceso que Chile interpuso contra Bolivia por el uso de las aguas del Silala, puesto que se encuentra sumamente claro que para ellos se trata meramente de un artículo comercial y no están velando los intereses de su población o el derecho de los pueblos al acceso al agua.

"Es completamente claro que la empresa Aguas de Antofagasta S.A. administraba las aguas potosinas con la única finalidad de lograr millonarios ingresos económicos y cuando se le presentó la oportunidad de recibir casi mil millones de dólares cedió sus derechos a una empresa colombiana", apuntó el concejal del Movimiento Al Socialismo (MAS).

El también expresidente del Comité Cívico Potosinista (Comcipo) afirmó que está demostrado que el Estado chileno está defendiendo intereses de privados cuando acude a la Corte Internacional de Justicia de La Haya para demandar a Bolivia por el uso de las aguas.

Navarro dijo que esa defensa es ridícula porque es como si un ladrón acudiera ante un juez pidiendo que le permita continuar robando. En este caso, las aguas que nacen en territorio potosino.

Agua para las empresas mineras

El 25 de abril de 2016, el vicecanciller Juan Carlos Alurralde dijo que el cien por ciento de las aguas del Silala que van de Bolivia a Chile se usa para la actividad minera del vecino país.

Fue la primera vez en que se denunció, con claridad, que ni una gota de las aguas del Silala beneficia a la población chilena y se estaba desvelando que Chile hizo del agua que saca de Bolivia un gran negocio a cargo de una empresa privada que, solamente el año pasado, logró una ganancia de 71 millones de dólares.

“Esas son las minas de Chuquicamata, Inés de Collahuasi, La Escondida; son las minas de cobre más grandes del mundo, que utilizan las aguas del Silala. Ni una gota de estas aguas va para beber”, dijo Alurralde ante dirigentes de organizaciones sociales que acudieron a escuchar su explicación sobre estas aguas en la Asamblea Legislativa Departamental de Potosí.

Alurralde desnudó así al alcalde de Calama, Esteban Velásquez, que el 29 de marzo de 2016 esperó a la comisión boliviana que visitaba el Silala para solicitar que no se corte el agua porque, según lo afirmó el mismo Veásquez, era consumida por su gente.

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