Saturday, May 9, 2015

Crece susceptibilidad sobre lobby chileno en La Haya

Bolivia ha comenzado a mirar con desconfianza a los jueces de La Haya. Ayer, tras acabar los alegatos de ambos en el tribunal de Holanda, el presidente Evo Morales pidió que se aparte del caso a Christopher Greenwood, juez de la Corte Internacional de Justicia que en 2008 fue consultor de Chile para la demanda interpuesta por Perú por los límites marítimos.

“Por ética, debería excusarse”, dijo ayer Morales. Hugo Siles, ministro de Autonomías y catedrático de relaciones internacionales, aseguró ayer que el mandatario tiene motivos para estar susceptible, ya que Chile tiene una larga tradición de relación con los jueces de los tribunales internacionales. “No viene de ahora, sino de 50 años”, explicó.

Siles además señaló que, luego de la ofensiva diplomática boliviana, Chile reforzó las delegaciones diplomáticas (con gente y recursos) en los países de origen de los jueces de La Haya.

Conductas distintas
Morales recordó que hubo un juez que se excusó de conocer el litigio entre Bolivia y Chile, pero cuestiona que Greenwood haya permanecido. El lunes, James Crawford se alejó de la causa porque había sido abogado de Chile en el litigio con Perú. Sin embargo, el estatuto de la Corte obliga al juez a retirarse solo si ha asesorado a uno de los países en el litigio que está juzgando.

Greenwood fue el jurista que pidió el miércoles la fecha en la que Chile se comprometió ante Bolivia a darle una salida soberana al Pacífico.

Lobby en Washington
Siles asegura que los agentes chilenos expusieron sus argumentos ante los miembros de la CIJ en abril del año pasado. Los Chilenos fueron hasta Washington para exponer que Chile no tiene ningún conflicto limítrofe pendiente con ninguno de sus vecinos. Según el reportaje publicado el 12 de abril por el diario La Tercera, una semana antes de que Bolivia presentara las memorias de la acusación contra Chile en La Haya, un equipo trasandino viajó a Washington encabezado por el agente Felipe Bulnes para presenciar un congreso de derecho internacional en el que participaban el presidente de la CIJ, Peter Tomka, y las juezas Joan Donoghue, Julia Sebutinde y Xue Hanqin.

Según el diario, los agentes chilenos aprovecharon los recesos de las reuniones de trabajo para exponer a “expertos y juristas” los casos que ha defendido Chile ante la CIJ.

Además, asistieron a una conferencia de Tomka en la OEA, realizada el 10 de abril, en la que el magistrado aseguró que el tribunal debería primero definir si tenía competencia para juzgar el caso y si era verdad que Chile se había comprometido con Bolivia a darle una salida al mar.

Como ejemplo de fallo sobre un ‘diálogo sincero’ expuso el caso de una represa entre Hungría y Eslovaquia, que se resolvió en 1997 sobre la base de un tratado entre ambos países firmado 20 años antes.

Cinco días después, Bolivia presentó su memoria ante La Haya. Dos meses más tarde, Chile objetó la competencia del tribunal y un año más tarde, Greenwood preguntó la fecha del tratado. Todo eso, hoy, causa susceptibilidad

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