Saturday, May 9, 2015

El año 1975 Chile y Bolivia concluyeron en Acuerdo de Acceso Marítimo Soberano

En el caso específico del Acuerdo de Charaña, esa negociación basada en la premisa de acceso marítimo soberano para Bolivia tuvo como primer paso el restablecimiento pleno de relaciones diplomáticas, con los embajadores respectivos realizando el intercambio oficial de notas protocolares, por lo que un fallo correcto de La Haya tendría incluso que obligar a Chile y Bolivia restablecer esas relaciones diplomáticas rotas otra vez precisamente después del fracaso de Charaña no provocado por Bolivia…


Es una de las esclarecedoras entrevistas del periodista John Arandia que pasará a la historia del país. El director de prensa de Cadena A habló la noche del jueves con la hija del último Embajador de Bolivia en Chile, Adalberto Violand Alcázar —uno de los artífices del Acuerdo de Charaña que permitió el restablecimiento de las relaciones diplomáticas que ambos países rompieron en 1962— mostrando una nutrida caja de documentos que Anneliese Violand de Basaure había desempolvado mientras Bolivia presentaba los alegatos de su demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ).

La documentación muestra que en el curso de las negociaciones que arrancaron en Charaña el 8 de febrero de 1975, tanto el gobierno de Chile así como las propias Fuerzas Armadas chilenas emitieron sendos pronunciamientos administrativos y diplomáticos manifestando explícitamente la decisión de otorgar a Bolivia acceso soberano a las costas del Pacífico, mediante tratativas formales en el ámbito territorial.

El hallazgo de la ex Prefecta de La Paz en los bártulos que dejó su ilustre padre antes de fallecer causó conmoción en Bolivia, al punto tal que María René Duchen, co-conductora de Arandia en el informativo nocturno de Cadena A, se contuvo con gran esfuerzo para no derramar lágrimas ante las cámaras y siguió narrando otras noticias con la voz entrecortada.

Los documentos originales que conservó el embajador Adalberto Violand para esta posteridad resuelven sin ambages dos entuertos fundamentales en la demanda que está procesando la Corte de La Haya:

1.- Hacen aplicable a favor de Bolivia la cláusula del Pacto de Bogotá que no permite demandar ante la CIJ tratados anteriores a la suscripción de dicho Pacto firmado en Colombia en 1948, como sería en este caso el Tratado de Paz de 1904, el cual Bolivia no cuestiona ni menciona en su demanda ante La Haya. El Pacto de Bogotá viabiliza, más bien, la exigencia boliviana para que se cumplan los preceptos oficializados de Estado a Estado en el posterior Abrazo de Charaña de 1975, que es sólo uno de los ocho Actos Unilaterales mediante los cuales Chile propuso formalmente a Bolivia salida soberana al mar en el curso de 67 años, entre 1920 y 1987. Pero además, en el caso específico del Acuerdo de Charaña, esa negociación basada en la premisa de acceso marítimo soberano para Bolivia se produjo cuando ambos países habían restablecido plenas relaciones diplomáticas, con los embajadores respectivos realizando el intercambio oficial de notas protocolares, por lo que un fallo correcto de La Haya tendría incluso que obligar a Chile y Bolivia restablecer relaciones diplomáticas rotas otra vez precisamente después del fracaso de Charaña no provocado por Bolivia.

2.- Los documentos de Violand responden con creces a la pregunta que formulara en La Haya —el miércoles, tras la presentación de los alegatos por parte de Bolivia— el juez británico Christopher Greenwood: “¿En qué fecha mantiene Bolivia que se concluyó un acuerdo respecto de la negociación relativa al acceso soberano?”. Es la fecha exacta del Abrazo de Charaña, en un contexto diplomático donde los estados de Chile y Bolivia concluyeron un acuerdo de acceso soberano al mar para nuestro país, quedando sólo pendiente el tipo de compensación territorial que debía ceder Bolivia a Chile a cambio de esa soberanía ya acordada. Según recuerda el ex presidente Carlos Mesa, Charaña quedó pendiente debido a que no se logró involucrar al Perú en una solución tripartita que requería el acuerdo boliviano-chileno en cumplimiento de un Pacto firmado en 1929. Pendiente, es la palabra clave que hace competente a la CIJ de La Haya para pronunciarse a favor de una reactivación del proceso iniciado en Charaña, independientemente del Tratado de 1904.
El enuentro entre Pinochet y Banzer en la fronteriza estación ferroviaria de Charaña, el 8 de febrero de 1975. | Foto Archivo

Data: mayo 8, 2015 | 16:03
LOS PAPELES DE VIOLAND | Las FF.AA. chilenas apoyaron la demanda boliviana cuando ambos países restablecieron relaciones diplomáticas. Perú quedó pendiente...

El año 1975 Chile y Bolivia concluyeron en Acuerdo de Acceso Marítimo Soberano

El Embajador Adalberto Violand entregando sus cartas credenciales ante presidente Pinochet al restablecerse las relaciones diplomáticas. | Foto cortesía John Arandia | Cadena A
El Embajador Adalberto Violand entregando sus cartas credenciales ante el presidente Pinochet al restablecerse las relaciones diplomáticas. | Foto cortesía John Arandia | Cadena A
En el caso específico del Acuerdo de Charaña, esa negociación basada en la premisa de acceso marítimo soberano para Bolivia tuvo como primer paso el restablecimiento pleno de relaciones diplomáticas, con los embajadores respectivos realizando el intercambio oficial de notas protocolares, por lo que un fallo correcto de La Haya tendría incluso que obligar a Chile y Bolivia restablecer esas relaciones diplomáticas rotas otra vez precisamente después del fracaso de Charaña no provocado por Bolivia…
© Wilson García Mérida | Servicio Informativo Datos & Análisis Es una de las esclarecedoras entrevistas del periodista John Arandia que pasará a la historia del país. El director de prensa de Cadena A habló la noche del jueves con la hija del último Embajador de Bolivia en Chile, Adalberto Violand Alcázar —uno de los artífices del Acuerdo de Charaña que permitió el restablecimiento de las relaciones diplomáticas que ambos países rompieron en 1962— mostrando una nutrida caja de documentos que Anneliese Violand de Basaure había desempolvado mientras Bolivia presentaba los alegatos de su demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ).
La documentación muestra que en el curso de las negociaciones que arrancaron en Charaña el 8 de febrero de 1975, tanto el gobierno de Chile así como las propias Fuerzas Armadas chilenas emitieron sendos pronunciamientos administrativos y diplomáticos manifestando explícitamente la decisión de otorgar a Bolivia acceso soberano a las costas del Pacífico, mediante tratativas formales en el ámbito territorial.
El hallazgo de la ex Prefecta de La Paz en los bártulos que dejó su ilustre padre antes de fallecer causó conmoción en Bolivia, al punto tal que María René Duchen,  co-conductora de Arandia en el informativo nocturno de Cadena A, se contuvo con gran esfuerzo para no derramar lágrimas ante las cámaras y siguió narrando otras noticias con la voz entrecortada.
Los documentos originales que conservó el embajador Adalberto Violand para esta posteridad resuelven sin ambages dos entuertos fundamentales en la demanda que está procesando la Corte de La Haya:
1.- Hacen aplicable a favor de Bolivia la cláusula del Pacto de Bogotá que no permite demandar ante la CIJ tratados anteriores a la suscripción de dicho Pacto firmado en Colombia en 1948, como sería en este caso el Tratado de Paz de 1904, el cual Bolivia no cuestiona ni menciona en su demanda ante La Haya. El Pacto de Bogotá viabiliza, más bien, la exigencia boliviana para que se cumplan los preceptos oficializados de Estado a Estado en el posterior Abrazo de Charaña de 1975, que es sólo uno de los ocho Actos Unilaterales mediante los cuales Chile propuso formalmente a Bolivia salida soberana al mar en el curso de 67 años, entre 1920 y 1987. Pero además, en el caso específico del Acuerdo de Charaña, esa negociación basada en la premisa de acceso marítimo soberano para Bolivia se produjo cuando ambos países habían restablecido plenas relaciones diplomáticas, con los embajadores respectivos realizando el intercambio oficial de notas protocolares, por lo que un fallo correcto de La Haya tendría incluso que obligar a Chile y Bolivia restablecer relaciones diplomáticas rotas otra vez precisamente después del fracaso de Charaña no provocado por Bolivia.
2.- Los documentos de Violand responden con creces a la pregunta que formulara en La Haya —el miércoles, tras la presentación de los alegatos por parte de Bolivia— el juez británico Christopher Greenwood: “¿En qué fecha mantiene Bolivia que se concluyó un acuerdo respecto de la negociación relativa al acceso soberano?”. Es la fecha exacta del Abrazo de Charaña, en un contexto diplomático donde los estados de Chile y Bolivia concluyeron un acuerdo de acceso soberano al mar para nuestro país, quedando sólo pendiente el tipo de compensación territorial que debía ceder Bolivia a Chile a cambio de esa soberanía ya acordada. Según recuerda el ex presidente Carlos Mesa, Charaña quedó pendiente debido a que no se logró involucrar al Perú en una solución tripartita que requería el acuerdo boliviano-chileno en cumplimiento de un Pacto firmado en 1929. Pendiente, es la palabra clave que hace competente a la CIJ de La Haya para pronunciarse a favor de una reactivación del proceso iniciado en Charaña, independientemente del Tratado de 1904.
El enuentro entre Pinochet y Banzer en la fronteriza estación ferroviaria de Charaña, el 8 de febrero de 1975. | Foto Archivo
El encuentro entre Pinochet y Banzer en la fronteriza estación ferroviaria de Charaña, 8 de febrero de 1975.

A las pruebas remitirse

Además de ser el último embajador de Bolivia en Chile, hasta hoy, tras la ruptura de relaciones diplomáticas debido a que no se logró plasmar el Acuerdo de Charaña, Adalberto Violand Alcázar fue asimismo el Embajador de Bolvia ante el Perú cuando los gobiernos de Paz Zamora y Fujimori lograron los acuerdos de Ilo, según recordó su hija Anneliese en la entrevista con John Arandia.
Los documentos exhibidos anoche fueron los mismos sobre los cuales el ex embajador Violand basó su libro testimonial sobre Charaña “Retorno al mar con soberanía. Una negociación frustrada”. Su hija detalló lo siguiente en el programa televisivo:
7 de diciembre de 1976: Informe Reservado por conducto regular del Embajador en Santiago al canciller boliviano Oscar Adriázola Valda:
“Tengo el agrado de elevar a su conocimiento un informe de la audiencia que mantuve el día de hoy con el Canciller chileno, vicealmirante Patricio Carvajal (…). Si se lograra que la negociación avanzara dentro de los parámetros existentes, Chile no objetaría que Bolivia plantee a Perú una negociación para ampliar el frente marítimo en el que desembocaría el corredor, extendiéndole al Norte de la Línea de la Concordia. Le preocupó al Canciller si habíamos hecho algún avance en este aspecto frente a Perú…”.
30 de diciembre de 1976: Informe por conducto regular de Violand al canciller boliviano Oscar Adriázola Valda, refiriéndose a una reunión sostenida en La Moneda con el presidente Augusto Pinochet:
“(El presidente Pinochet) expresó que lo realmente importante era que Bolivia llegue al Pacífico y para ello habría que comenzar por establecer un punto de gravitación. Luego dijo, cuando los bolivianos estén frente al mar irán creciendo sus necesidades y habrá que darles apropiada satisfacción, los bolivianos deben estar pronto frente al mar…”.
28 de abril 1977: Nota Reservada por conducto regular del Embajador en Santiago al Canciller en La Paz:
“El esquema propuesto por el Canciller chileno es (…) que Bolivia podría ampliar su frente marítimo al norte de la línea de la Concordia, o sea por territorio peruano, siempre que a su vez Bolivia ofrezca al Perú el Volcán Tacora* y los canales de Uchuzuma y Mauri que pasarían a su patrimonio como resultado de la negociación de Bolivia…”.
*El El volcán Tacora se ubica en la cordillera de los Andes al norte de Chile, muy próximo a la frontera con Perú. Administrativamente pertenece a la Región de Arica y Parinacota, dentro el territorio chileno.
22 de julio de 1977: Informe Confidencial por conducto regular del Embajador al Canciller:
“El jefe de Estado Mayor del Ejército, Carlos Forestier, en su condición de presidente de la delegación que visitó Bolivia, manifestó que con la autorización del General Augusto Pinochet se valía de la oportunidad para reiterar la decisión de la Fuerzas Armadas de Chile de lograr un acuerdo con Bolivia para que nuestro país tenga una salida propia y soberana al Pacífico…”.
11 de septiembre de 1977: Informe a la Nación del presidente Augusto Pinochet emitido en conmemoración del tercer aniversario del golpe de Estado:
“Doy cuenta a la Nación sobre la marcha del país en los últimos doce meses (…). Chile mantiene la oferta para solucionar la mediterraneidad boliviana, materia en la cual esperamos que la buena voluntad y la permanente coherencia de la posición de Chile contribuyan al éxito de las negociaciones en curso. (…).  Asimismo sostuve una positiva reunión conjunta con los excelentísimos señores presidentes de las hermanas repúblicas de Bolivia y Perú, general Hugo Banzer y general Francisco Morales Bermúdez, respectivamente, la que se tradujo en una declaración tripartita destinada a impulsar la solución del problema de mediterraneidad de Bolivia a la cual acabo de referir”.

Lo pendiente que dejó el Perú

Este avance sin precedentes en la historia de las relaciones bilaterales entre Chile y Bolivia quedó en suspenso debido a que el propio gobierno chileno invocó el Pacto de 1929 que estipulaba consultas de Chile al Perú para proceder a negociaciones territoriales con terceros en la costa que el Perú perdió en la Guerra del Pacífico.
Mesa describe ese momento:
“Chile consultó al Perú como establecía el Tratado de 1929. El 18 de noviembre de 1976 Perú contestó a Chile indicando que aceptaba globalmente los términos de la negociación con una salvedad, proponía la soberanía compartida de Bolivia, Perú y Chile en el último kilómetro del corredor, precisamente el que daba al mar. El 26 de noviembre de 1976 Chile respondió al Perú que “declinaba” considerar la contrapropuesta peruana, lo que rompió toda posibilidad de solución ya que el Tratado obligaba en este caso a un acuerdo entre ambos. Todo lo que ocurrió después de esa fecha es irrelevante. La negociación había sido bloqueada por la negativa chilena al Perú. Es otra falacia afirmar que fue Bolivia la que frustró esa negociación”.

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