El embajador de Bolivia en la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Alberto Gonzales, afirmó este domingo que entidades internacionales tendrán un rol protagónico en el cumplimiento de la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la demanda marítima que se conocerá este 1 de octubre.
A su arribo al hotel Crowne, donde está hospedado el presidente Evo Morales, Gonzales expresó su optimismo de que el veredicto de la Corte obligará a Chile a retornar a la mesa de negociación para analizar y solucionar el acceso soberano al Océano Pacífico.
En ese sentido, dijo que "hay varias instancias que seguramente van a acompañar ese proceso de diálogo, como Naciones Unidas y obviamente la OEA, y otras instancias multilaterales que seguramente se van a convertir en verdores, en observadores de todo este proceso".
Gonzales, que la anterior semana inició su labor como embajador en el organismos hemisférico, señaló que la audiencia de la sentencia significará un "momento de cosecha de todo lo que se ha sembrado" desde el año 2011 con la decisión del presidente Evo Morales de llevar la causa nacional a tribunales internacionales.
"Se ha formado un gran equipo jurídico a nivel nacional, se ha recurrido a gente de gran experiencia a nivel internacional y creo que junto a los argumentos que se han elegido y presentando nos permite haber hecho una buena siempre y ojalá que la siembra venga desde el día lunes y esperemos que la Corte nos de la razón y atienda nuestra pedido", expresó.
En la demanda que Bolivia presentó en 2013, pide al principal órgano judicial de las Naciones Unidas que juzgue y declare que Santiago está obligado a negociar, de buena fe y en un plazo razonable, un acuerdo que permita a los bolivianos recuperar su acceso soberano al océano Pacífico.
Los jueces de la Corte darán lectura a la sentencia del caso a partir de las 15.00 (09.00 hora de Bolivia) de este lunes 1 de octubre.
El también expresidente de la Cámara de Senadores señaló que el dictamen del tribunal no debe ser considerado como una victoria para un país y una derrota para el otro, sino como una oportunidad para "generar un escenario futuro" entre Bolivia y Chile.
"Aquí no se trata de ganar o perder, aquí deberíamos ganar todos, sanar una herida que sangra desde hace más de 100 años", expresó.
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