Sunday, March 1, 2015

Bolivia debe abrir diálogo porque demandó en la CIJ negociar una salida al mar

Bolivia debe encarar una serie de estrategias para abrir el diálogo con Chile, y puede desarrollarlo simultáneamente mientras se sustancia su demanda marítima en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), porque su pedido en La Haya se fundamenta, principalmente en lograr una salida al mar de forma “negociada”, coincidieron excancilleres y expertos internacionalistas.

Este criterio se desprende de los excancilleres Javier Murillo de la Rocha y Armando Loaiza, el excónsul en Chile Ramiro Prudencio Lizón, la internacionalista Diana Berelli y el Procurador del Estado, Héctor Arce, quienes coincidieron en que el fundamento de la demanda boliviana, sustentada en los actos unilaterales de los Estados, es jurídicamente sostenible por los antecedentes que tienen en el derecho internacional.

Por tanto, consideraron por descontada la competencia de la CIJ y el inicio de un juicio largo de al menos cuatro años. Ante la eventualidad de un fallo favorable para Bolivia, el tema se resume fundamentalmente en la “negociación dialogada” con Chile para resolver la exigencia boliviana de una salida al mar con soberanía.

DOBLE DISCURSO El excanciller Loaiza dijo que el doble discurso chileno sobre la reapertura del diálogo sigue siendo uno de los obstáculos que la administración de Evo Morales tiene que soslayar para adelantar un acercamiento ante una decisión favorable en La Haya.

El excónsul Prudencio manifestó que si bien el fondo de la demanda de Bolivia es una salida al mar, el mecanismo conductor para lograr el objetivo es indudablemente el “diálogo”, pues sin el vecino país puede seguir en la acción dilatoria del tema marítimo, no obstante a un futuro fallo de la Corte Internacional.

“Lo fundamental de la demanda marítima boliviana es acceso al mar, pero para resolver este conflicto en base a una negociación directa y dialogada entre Bolivia y Chile, no hay otra forma. Por eso el fondo de nuestra demanda en La Haya es que nos va ayudar a persuadir a Chile a que negociemos y resolvamos este problema, entonces si hablamos con antelación mejor todavía”, aseveró.

Recomendó, a la brevedad posible, instalar nuevamente el trabajo de la comisión bilateral mixta de consultas políticas y, para ello, hay que insistir a Chile, basado en la apertura que expresó la presidenta Michelle Bachelet.

“Hay que tomar las palabras de la señora Bachelet y perseguir en todos los espacios de reclamo que se dé inicio a esa apertura de diálogo, que puede ser de otros temas mientras no se defina en la Corte la demanda marítima boliviana, pero sentamos bases de las negociaciones”, aseveró.

Consideró que este criterio, incluso, puede ser favorable en el contexto internacional de mostrar a una Bolivia conciliadora y dialogadora, no soberbia.

El excanciller Murillo sostiene que la política internacional chilena respecto del mar es “altamente conservadora” y esquivar este argumento representa “mucha habilidad” que será puesta a prueba por los bolivianos encargados de llevar adelante un acercamiento.

TRABAJAR EN EJES La internacionalista Borelli dijo que Bolivia debe trabajar en tres flancos; una primera, en garantizar la competencia de la CIJ; una segunda, en el juicio central contra Chile y una tercera, en preparar el camino de la negociación futura postjuicio.

ESTRATEGIA Una vez superada la etapa de la impugnación chilena a la Corte, debe estar lista la estrategia para la segunda acción, que será demostrar por qué Bolivia tiene razón en su demanda, que busca la persuasión internacional y jurídica a Chile a negociar una salida soberana al Pacífico sobre la base de los ofrecimientos hechos a lo largo de la historia, que son los actos unilaterales de los Estados.

El tercer e importante pilar, será sin duda el diálogo que es el mecanismo por el cual las dos naciones deben llegar a un acuerdo.

“La estrategia de Bolivia tiene que ser establecer las conversaciones para delinear perfiles de solución a varios temas binacionales, pero al mismo tiempo abrir el camino del entendimiento de cara a un futuro fallo favorable, que pide diálogo para resolver la demanda marítima”, aseveró.

La CIJ determinó que Bolivia presente su memoria hasta el 17 de abril de 2014.



Datos.

Sin avances

* El presidente Evo Morales aseguró en reiteradas oportunidades que no hubo avances en el tratamiento de la agenda de 13 puntos acordada en 2006 entre Bolivia y Chile.

* Su discusión quedó congelada en 2010, en la gestión del presidente saliente Sebastián Piñera, luego de que La Paz llevara el diferendo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

* Sin el recurso de excepción los plazos de un fallo debieron estar en un rango de hasta tres años como máximo y con esta excepción de incompetencia se puede prolongar un año más.

La demanda

* El gobierno de Evo Morales demandó a Chile ante la Corte de La Haya el 24 de abril de 2013 para forzar a ese país a negociar de “buena fe” una solución a la centenaria demanda boliviana.

* Bolivia busca que se obligue a Chile a negociar una salida soberana al Pacífico sobre la base de los ofrecimientos hechos a lo largo de la historia. La administración Bachelet objetó la competencia de la CIJ.

Perdedor en la primera fase

El Procurador del Estado, Héctor Arce, dijo que Chile argumenta una presunta modificación al Tratado de Paz y Amistad de 1904, porque se sabe perdedor en una primera instancia que definirá la competencia o no de la CIJ.

Manifestó que espera que la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, cumpla con su apertura y plantee la agenda para reinstalar el diálogo.

“Bolivia es de la cultura del diálogo y la pacificación, por eso pedimos a la Corte de La Haya que obligue a los chilenos a negociar una salida al mar”, indicó.

Lamentó que algunas autoridades del vecino país le pongan obstáculos a un diálogo bilateral para abordar temas que interesan a ambas naciones.

El Gobierno demandó a Chile ante la CIJ, el 24 de abril de 2013, para forzar a ese país a negociar de “buena fe” una solución a la centenaria demanda boliviana.

Gobierno de Michelle Bachelet usa Tratado de 1904 para eludir a la CIJ

El principal eje de la defensa de Chile, respecto a la demanda de Bolivia, es que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) no tiene competencia “para conocer un asunto que ha sido resuelto por un Tratado”, el de 1904, según la Cancillería chilena.

En reiteradas oportunidades el canciller chileno, Heraldo Muñoz, manifestó que en el análisis en detalle de la argumentación que presentaron en La Haya es que la Corte no tiene jurisdicción para conocer un asunto que ha sido resuelto por un tratado válido y vigente desde hace 110 años.

Sin embargo, el Gobierno de Bolivia y exautoridades aclararon que la demanda no tiene nada que ver con el Tratado de 1904.

MODIFICACIÓN La base de la defensa chilena a la incompetencia de la CIJ es demostrar que Bolivia pretende modificar, mediante el juicio, un tratado vigente entre ambos países.

“Los antecedentes nos han llevado a la conclusión de que Bolivia pretende lograr, mediante una demanda artificial e inédita, la revisión del Tratado de Paz y Amistad de 1904 (...) El Gobierno de La Paz busca modificar lo que está regulado por ese Tratado, es decir, los límites entre nuestros dos países”, dijo Muñoz hace algunas semanas.

Chile considera que el Pacto de Bogotá es el único instrumento que le otorga jurisdicción a la Corte Internacional de Justicia para un caso de este tipo, pero es precisamente en el artículo sexto de ese acuerdo que se exceptúa cualquier demanda que involucre algún asunto ya resuelto por tratados válidos y vigentes anteriores a 1948, como sería lo que ocurre con el Tratado de 1904.

PERÚ También en noviembre del año pasado, el canciller de Perú, Gonzalo Gutiérrez, coincidió con la apreciación boliviana.

“Lo que Bolivia presentó ante La Haya no tiene que ver con su Tratado de límites, sino con una memoranda que se intercambió entre los países en la década del 50, en la que aparentemente Chile se comprometía a entablar una negociación para conceder una salida de Bolivia al mar”.

Chile mantiene posición de confrontación

El verdadero rostro “duro, conservador, soberbio y de confrontación” de la política internacional de Chile respecto del tema marítimo boliviano lo muestra el canciller de ese país, Heraldo Muñoz, afirmó el excanciller Javier Murillo de la Rocha.

A decir del experto internacionalista, el accionar conciliador de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y la soberbia del canciller Muñoz, en el fondo son una misma línea política conservadora, que se ha mantenido durante decenas de años y que se concentra en la dilación a la aspiración boliviana de un acceso soberano al mar.

“No es creíble que el canciller Muñoz tenga una opinión totalmente distinta al criterio de la presidenta Bachelet, porque son los gobernantes de una nación los que conducen las relaciones internacionales, por tanto, el Canciller chileno actúa con la verdadera postura de ese país”, aseveró.

LA AGENDA El presidente Evo Morales aseguró en reiteradas oportunidades que no hubo avances en el tratamiento de la agenda de 13 puntos, acordada en 2006 entre Bolivia y Chile. Su tratamiento quedó congelado en 2010, en la gestión del presidente saliente Sebastián Piñera, luego de que La Paz llevara el diferendo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

Manifestó que son los mandatarios los que dan las líneas matrices de las relaciones exteriores, y los cancilleres son los que “obedecen, planifican y ejecutan” la política exterior.

“Si Bachelet hubiera tenido la voluntad real de resolver el problema marítimo con Bolivia lo hubiera hecho cuando el gobierno del Morales mostró una gran apertura en 2006 y donde la presidenta Bachelet tenía las condiciones para avanzar la agenda de 13 puntos, que se debatió, pero no lo hizo porque mantuvieron la política dilatoria”, aseveró.

Añadió que la aparente voluntad de Bachelet para conversar en el fondo sigue siendo dilatoria y de un criterio conservador duro.

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