Sunday, November 8, 2015

Benjamín Chimoy, embajador de Perú en Bolivia “Ahora hay voluntad política para estrechar los vínculos”

La descontaminación del lago Titicaca y el combate al crimen transnacional, son los dos grandes desafíos que enfrentan Bolivia y Perú en el marco del desarrollo de su relación bilateral, según el embajador peruano en La Paz, Benjamín Chimoy.

Al analizar la evolución de los acuerdos adoptados por ambos países en la primera reunión de gabinete binacional, celebrada en abril pasado, admite que los problemas de la frontera común son inmensos, pero afirma que al mismo tiempo suponen una gran oportunidad de colaboración.
"Yo creo que hay ahora una voluntad política coincidente para estrechar los vínculos y potenciar la relación bilateral para hacer frente a toda la problemática bilateral. Eso es importante y eso deja de lado cualquier diferencia de visiones que hay entre los gobiernos de ambos países”, sostiene durante el Desayuno de Trabajo de Página Siete.

Después de la reunión ministerial bilateral, Bolivia y Perú hicieron un verdadero relanzamiento de sus relaciones. ¿Cuál es el estado actual de los vínculos bilaterales?
Muchas veces los propósitos terminan en el propio evento. Si se reúnen los presidentes y los ministros de ambos países, la ejecución de las decisiones cojea, queda ahí o va a paso lento. En este caso, tengo que decirlo con mucha satisfacción, estamos avanzando. Ambos países estamos conscientes de que tenemos que avanzar rápidamente porque el próximo año habrá una nueva reunión y en ese nuevo gabinete bilateral se realizará una evaluación de los avances. Esta es una de las virtudes del mecanismo de las reuniones del gabinete binacional con la presencia presidencial. Se ha avanzado en varias áreas y se han realizado las reuniones que han sido acordadas para los últimos meses y se han convocado a las reuniones previstas para las próximas semanas.
La agenda boliviano-peruana es muy amplia, pero ¿cuáles son los temas que requieren atención prioritaria?
Creo que un punto prioritario pendiente es el lago Titicaca y el sistema de los ríos del lago, un asunto que nos une en cuanto a posibilidades de aprovechamiento de los recursos hídricos y biológicos, que tiene que ser mancomunado, pero que también representa un desafío desde el punto de vista de los nuevos fenómenos que se están dando, como el cambio climático, y los ya conocidos, como la contaminación. Eso es muy importante y urgente, porque es un gran recurso que nos une y que debemos aprovecharlo y protegerlo y darle toda la potencialidad. En segundo lugar, creo que hay que mencionar los crímenes transnacionales, a los que quizás no hemos enfrentado con la decisión debida. Por eso han crecido un poco. Este es un reto que debemos enfrentar. No estoy hablando sólo del narcotráfico, sino de la minería ilegal, del contrabando, la trata de personas, en fin. Todos estos delitos se interrelacionan y se potencian, y si ambos países no hacemos un esfuerzo grande de manera coordinada, complementaria y conjunta, estaremos dejando que este problema se desarrolle y esto sería muy negativo para ambos países.


¿Cómo se están enfrentando estos dos problemas?
Conocemos las causas que están originando la contaminación del lago, que antes no se percibía con claridad, que proviene principalmente del arrojo de residuos de las poblaciones, incluso de las zonas industriales, y no se ha hecho mucho por eliminar esas causas y tampoco por remediarla la contaminación en sí. Entonces, la gran virtud de este gabinete binacional ha sido la oportunidad de realizar un análisis multisectorial del problema con voluntad política y se han tomado una serie de acciones para enfrentarlo. Por ejemplo, se ha establecido una comisión binacional, que ha sostenido ya su primera reunión en Lima, donde se examinaron lineamientos y acciones concretas para la prevención y combate de la contaminación. Estamos proponiendo que ambos países asuman estos compromisos sin perjuicio de lo que se haga a nivel binacional, porque son tareas nacionales. Por ejemplo, en Perú se ha proyectado, y ya se ha lanzado a concurso, la construcción de diez plantas para el tratamiento de aguas servidas. Tengo entendido que también aquí en Bolivia se van a repotenciar dos plantas de tratamiento de aguas. Entre las medidas que se están adoptando está, por ejemplo, la inversión en plantas de tratamiento y limpieza de la lenteja acuática, la educación, que es muy importante, porque gran parte de este problema está en que los pobladores no tienen conciencia de que el lago no es un vertedero, que es un recurso que hay que preservar. También se organizarán talleres y seminarios para que los pobladores puedan aprovechar los recursos biológicos mediante nuevos proyectos con nuevas tecnologías. También está la reorientación y reforzamiento de la Autoridad Autónoma del Lago Titicaca, que de alguna manera hemos descuidado. La idea es que haya una autoridad autónoma que pueda impulsar todos los proyectos porque estamos hablando de una sola unidad acuática, un gran sistema muy interrelacionado, un organismo más bien técnico, muy eficiente, que apoye las decisiones binacionales.


¿Hay plazo y cuáles son para esta colaboración?
Sí, hay plazos fijados. Por ejemplo, a esta comisión binacional se le puso un plazo de 180 días para que realice su trabajo, por eso se están dando los pasos.


¿Es decir, un plazo para la descontaminación del lago?
Eso se decidirá y será el resultado de estas primeras reuniones

¿Y en materia de combate al crimen?
También hubo una decisión muy importante para tratar esto de manera integral. Es una cuestión muy compleja porque los ilícitos están interrelacionados. A veces comienzan en acciones que para algunos pueden ser delitos menores, como el contrabando hormiga, que al integrarse al contrabando mayorista se convierte en un ilícito mayor. El poblador piensa que no está cometiendo un gran delito, pero está contribuyendo a que los grandes contrabandistas se desarrollen cada vez más y como sabemos el contrabando no sólo afecta la economía, sino a la propia moral de la población y la gente dedicada a esta actividad termina viendo al Estado como su enemigo. Los grandes contrabandistas llevan la violencia y esto lleva al tráfico de armas y los narcotraficantes se dan cuenta que éstos pueden ser unos grandes aliados y entonces los utilizan para pasar droga. Ocurre lo mismo con la minería ilegal. Entonces, la decisión pasa por atacar de manera integral todos los ilícitos de la frontera con acciones concretas.
Estos crímenes han crecido en los últimos años y los controles policiales, migratorios y aduaneros han sido insuficientes para combatirlos. Entonces, ¿cuáles son las acciones para hacer frente a este problema?
Hay acciones de interdicción, que son operativos coordinados, para llegar después a operativos conjuntos. En este momento hay pocos operativos conjuntos porque son en muchos casos difíciles de ejecutar, porque las autoridades tienen jurisdicción en un solo lado de la frontera y los delincuentes se aprovechan de esa situación. Si uno hace un operativo contra el contrabando o el narcotráfico en un lado, ellos se van del otro lado y burlan de esa manera, pero si los operativos son coordinados, el efecto es mucho mejor. Entonces, hay calendarios de operativos coordinados. Tuvimos hace poco la reunión de las comisiones multisectoriales de lucha contra el contrabando, aquí en La Paz. Vinieron 40 delegados del Perú. Eso demuestra que el impulso del gabinete binacional es muy fuerte y los compromisos han sido realmente muy buenos. Las mesas de trabajo reflejan la complejidad de la problemática y la vinculación entre delitos. Entonces, hay calendarios y acciones específicas.

¿Cuáles son las cifras del comercio bilateral?
Desde hace muchos años Bolivia ha sido un atractivo para los inversionistas peruanos, ha habido una diversificación en las inversiones peruanas. Por ejemplo, en el área financiera bancaria, en el área de la producción, en el área del cemento, en los cosméticos. En esto hay una inversión diversificada que su conjunto representa un capital importante peruano que ha venido a Bolivia y que espera las mejores condiciones y seguridad jurídica para desarrollarse.



Las coincidencias entre ambos países dejan de lado cualquier diferencia
El pasado 23 de junio, Evo Morales y Ollanta Humala se volvieron a encontrar después de los inconvenientes que generó la fuga de Martín Belaunde Lossio a Bolivia y su posterior entrega por requerimiento de la justicia peruana. Fue un encuentro definido como "histórico” para ambos países.
¿Cómo ve la sintonía política entre los presidentes Morales y Humala? Han tardado bastante en encontrarse…
Hay ahora una voluntad política coincidente para estrechar los vínculos y potenciar la relación bilateral para hacer frente a toda la problemática bilateral. Eso es importante y deja de lado cualquier diferencia de visiones entre los gobiernos de ambos países. Independientemente de la forma cómo encara cada gobierno sus problemas nacionales, independientemente de los diferentes modelos de gobierno, hay coincidencias y esa es la principal virtud de este momento, que ambos países con diferentes visiones de desarrollo han obtenido logros importantes. Ambos países hemos llevado a cabo, por ejemplo, una política macroeconómica positiva que nos está ayudando a enfrentar los problemas de la crisis internacional. Las predicciones apuntan al crecimiento en ambos países y en ambos países se llevaron a cabo políticas inclusivas redistributivas y eso da fuerza para enfrentar esta ola de incertidumbre económica internacional y regional.



Se debe buscar una fórmula para atraer inversionistas

El embajador Chimoy sostiene que Bolivia es interesante para los inversionistas peruanos, pero que hace falta mejorar las condiciones de seguridad jurídica para alentar la llegada de más inversiones. "Tenemos un convenio de promoción y protección recíproca de inversiones que vence en febrero del próximo año. Debemos iniciar la negociación de un nuevo convenio y en esto se tiene una limitante, entre otras, que es la posibilidad de poder recurrir a arbitrajes internacionales. Esto sabemos que está claramente establecido en la Constitución de Bolivia, pero estamos seguros de que se va a buscar una fórmula para atraer a los inversionistas peruanos”.
Actualmente, el comercio bilateral es de aproximadamente unos 1.100 millones de dólares de intercambio, con un balance favorable al Perú de aproximadamente unos 100 millones. "No es mucho, pero esta cifra refleja solamente una porción de las potencialidades que existen. También hay que decir que existe una porción de comercio informal con el contrabando que no se contabiliza y esto puede ser mucho mayor, y de lo que se trata es de terminar con esto y formalizar este comercio, dar incentivos para que se formalice”, afirma Benjamín Chimoy.

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